lunes, 18 de junio de 2012

Buscando el ave invisible

Creo que el título de esta entrada sería la manera más adecuada de describir al Chotacabras pardo (Caprimulgus ruficollis). Prácticamente invisible a nuestros ojos durante el día, su actividad comienza al caer el sol, lo que también ayuda a que lo conozcamos poco. Hace ya muchos años que vengo haciendo un seguimiento de los nidos y puestas de esta especie de ave. Buscar estos nidos supone todo un reto para la agudeza visual, ya que su camuflaje es de los mejores y más perfectos de nuestra fauna. Podemos buscar con toda la tención del mundo al chotacabras en el suelo, y pasar por su lado sin darnos cuenta de su presencia. Cuando custodia sus crías, suele permanecer estóicamente protegiéndolas a pesar de nuestra presencia. Yo he estado literalmente a dos palmos de un adulto con sus pollos, y seguir confiando en su camuflaje para pasar desapercibido. Una vez levanta el vuelo, intentará llamar nuestra atención echándose al suelo a pocos metros de su prole, fingiendo estar herido para centrar nuestra atención en él.

Chotacabras pardo posado

Llama la atención, cuando tengo la posibilidad de tenerlo en mano para su anillamiento, los asombrosos detalles de este bello animal. Los ojos son enormes. Los deja prácticamente cerrados cuando está posado durante el día para no delatarse. A pesar de ello, pueden vernos gracias a unas pequeñísimas oberturas en el borde de sus párpados. Otra cosa llamativa es la longitud de sus largas vibrisas. Éstas, al entrar en contacto con los objetos del entorno, les ayudan a percibir las distancias de los obstáculos en plena oscuridad, fundamental para la captura en vuelo de insectos.

Puesta de Chotacabras pardo

Dos pollos

Otras dos cosas que me llaman muchísimo la tención. Viendo su diminuto pico, nadie diría que detrás de él, se esconde una boca enorme, desmesurada, que usa en forma de cazamariposas para la captura de insectos por la noche, y después está su uña. La uña del dedo central, es pectinada, es decir, posee unas cerdas que nos recuerdan a un cepillo o peine. No queda claro todavía cual es su verdadera función, pero se cree que es o bien para limpiar y acicalar su plumaje, o para mantener limpias sus grandes vibrisas.

La enimática uña pectinada del chotacabras

La verdad es que tenía muchas ganas de hacer una entrada en el blog así. Este enigmático y bello animal, bien merece ser descrito, y no sólo reflejar los datos de cuando y cuantos se han anillado.  A pesar de las muchas molestias que sufre por aquí,  depredadores naturales, actividades humanas (motos, quads, parapente, y un largo etc...), espero seguir disfrutando muchos años de esta preciosa ave que hace especial mis días de campeo en esta época del año.

4 comentarios:

EL ZURRON DE UN NATURALISTA dijo...

Genial la entrada Antonio,y que razón tienes:que bicho tan guapo.
a seguir disfrutando de lo que nos gusta. un saludo. antonio

Neska83 dijo...

Hola!! Me gusta el diseño de tu blog, precisamente las columnas laterales jejej!
Por cierto, estos chotacabras son los que también pusiste por un álbum de facebook, madre e hijo posando?? Veo que los tienes controlados allí donde vas!

Nunca me había percatado de lo de la uña... Interesante... Cuando pille uno lo miraré!

Antonio España dijo...

Gracias por tu comentario Antonio !.
Natàlia, sí que son éstos los chotacabras del facebook. Ésta zona la vengo controlando desde hace muchos años ya. Siempre hay dos o tres parejas (a veces cuatro) criando. Lo difícil es verlos !

Miguel Rodríguez Esteban dijo...

Hola Antonio.


He mirado tu blog y he de decir que me ha gustado mucho.


+ 1seguidor.

Saludos