Nada mejor que este títular para definir esta entrada del blog. Casi un año ha pasado ya desde la última vez que publiqué algo. Entre temas personales, laborales y "otros", como que he dejado de lado el blog. A ver si lo retomo de nuevo.
Han vuelto los Chorlitejos chicos al Ripoll. De eso hace ya unos cuantos días. Estaba deseando volver a verlos por la zona para comprobar si lo del marcaje con banderolas numeradas es efectivo o no. De momento la conclusión que he podido sacar desde que han vuelto es ÉXITO al 100 %. Llevo controlados ya varios ejemplares, distintas numeraciones, pero con una característica común entre todos ellos, TODOS han sido vistos justo en las mismas zonas que ocupaban el pasado año, cuando fueron marcados. Ni uno sólo de ellos ha sido visto fuera de sus territorios de 2013. Eso es bastante significativo.
Han vuelto los Chorlitejos chicos al Ripoll. De eso hace ya unos cuantos días. Estaba deseando volver a verlos por la zona para comprobar si lo del marcaje con banderolas numeradas es efectivo o no. De momento la conclusión que he podido sacar desde que han vuelto es ÉXITO al 100 %. Llevo controlados ya varios ejemplares, distintas numeraciones, pero con una característica común entre todos ellos, TODOS han sido vistos justo en las mismas zonas que ocupaban el pasado año, cuando fueron marcados. Ni uno sólo de ellos ha sido visto fuera de sus territorios de 2013. Eso es bastante significativo.
Control de banderola 00, fotografiado justo en el mismo punto que el pasado año
Dos imágenes en la que se ven tres chorlitejos, dos de ellos marcados (006 y 007)
En lo que llevamos de primavera, se han marcado 5 ejemplares más, y controlado 4 anillados en 2013 (banderolas 00, 06, 07 y 18). También se ha hecho una recaptura de un ejemplar anillado en 2008 y recuperado en 2010 y 2014, siempre en el mismo punto del río.
Se toman varias fotografias de cada ejemplar marcado para futuras comparaciones. Foto Paco Bonilla
Tomando notas del peso de cada ejemplar. Foto Paco Bonilla
Seguimos con el proyecto. Ahora toca dejarlos tranquilos unas semanas y tomar nota de sus movimientos a distancia, bien con prismáticos, telescopios o cámaras fotográficas. Más adelante, cuando ya los jóvenes que nazcan este año estén volando por el río, volveremos a intentar capturar algún ejemplar más para seguir con el marcaje. El objetivo en este caso, sería marcar algún juvenil, para comprobar si en años sucesivos vuelven a su lugar de nacimiento o si por el contrario, elijen nuevas zonas dónde establecerse.
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